Hemos leído con gran interés la publicación de Lezcano Gort et al.1. Los autores han comunicado su experiencia con una puérpera de 40 años sin factores de riesgo coronario relevantes que ingresó por infarto de miocardio sin elevación del segmento ST, cuyas imágenes de tomografía de coherencia óptica y ecografía intravascular mostraron una disección coronaria espontánea (DCE) multivaso.
A este respecto, nos gustaría añadir algunas consideraciones: la DCE es una entidad que se diagnostica erróneamente por la dificultad para identificar la línea radiotransparente patognomónica en la luz del vaso con tinción de la pared con contraste. Este signo típico está ausente en más del 70% de los casos de DCE y solo las técnicas de imagen intravascular pueden ayudar a comprobar la integridad de la pared arterial2,3.
La DCE se puede manifestar con diversas presentaciones clínicas, como angina de pecho, cualquier tipo de síndrome coronario agudo y choque cardiogénico o muerte súbita cardiaca4,5, que produce una muerte dramática cuando se considera la corta edad de la mayoría de los pacientes.
Con estas premisas, recientemente hemos publicado un organigrama (figura6) para un diagnóstico más rápido y un tratamiento adecuado según una revisión de la literatura médica2–7 y nuestra propia experiencia8–10.
Organigrama del enfoque diagnóstico y terapéutico de la DCE. Reproducido con permiso de Buccheri et al.6. AVB: armazón vascular bioabsorbible; BRF: balones recubiertos de fármaco; DCE: disección coronaria espontánea; ECG: electrocardiograma; ICP: intervención coronaria percutánea; IVUS: ecografía intravascular; OCT: tomografía de coherencia óptica; SCA: síndrome coronario agudo; SFA: stent farmacoactivo.
En nuestro organigrama se asignan hasta 3 puntos a cada factor de riesgo clínico/angiográfico de DCE (figura6). Para un paciente que acude con dolor torácico, anomalías en el ECG (es decir, elevación transitoria/permanente del segmento ST), discinesia en el ecocardiograma o un aumento/descenso de la troponina cardiaca y suma por lo menos 3 puntos según nuestro sistema de puntuación, se propone realizar un análisis por tomografía de coherencia óptica/ecografía intravascular para excluir una DCE.
Cuando se aplica nuestro sistema de puntuación al caso descrito por Lezcano Gort et al.1, encontramos más de 3 puntos clínicos y signos muy claros en la angiografía coronaria (que sumaron otros 3 puntos).
En cuanto a la estrategia terapéutica, estamos muy de acuerdo con la solución de Lezcano Gort et al.1. Esta estrategia terapéutica coincide plenamente con la propuesta en nuestro organigrama. De hecho, para pacientes asintomáticos con DCE de vaso distal o en un vaso de diámetro < 3,0 mm, proponemos que se considere un tratamiento conservador (primera elección) o que se utilice uno de los siguientes dispositivos: armazón vascular bioabsorbible, stent farmacoactivo o balones recubiertos de fármaco, según las características clínicas/angiográficas del paciente6,10.
Por otro lado, debería preferirse la estrategia del armazón vascular bioabsorbible en casos de lesión de vaso proximal/medio, con diámetro ≥ 3,0 mm o si el paciente sigue sintomático/hemodinámicamente inestable, según informa nuestro grupo8,10,11 y en línea con un caso emblemático publicado previamente en la revista12.
Es de vital importancia realizar un estrecho seguimiento, con o sin técnicas de imagen invasivas, para evaluar el riesgo de recidiva de DCE y el sellado óptimo del vaso con el paso del tiempo3,4.
En conclusión, deseamos resaltar que un sistema de puntuación clínica/angiográfica parece ser útil principalmente para ayudar a los intervencionistas a evitar que se pase por alto un diagnóstico de DCE. Además, creemos que, en ausencia de un consenso de expertos universal o de amplia experiencia clínica, nuestra propuesta terapéutica podría ser un buen punto de partida para establecer el tratamiento más adecuado para pacientes con DCE.