Introducción
Dr. Héctor Bueno
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
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Índice de autores
Introducción y objetivos: El daño miocárdico en pacientes con COVID-19 se asocia con una mayor mortalidad, emergiendo la troponina cardiaca I ultrasensible (TncI-us) como un marcador pronóstico. Sin embargo, se desconoce la repercusión en los hallazgos de la ecocardiografía transtorácica (ETT) avanzada. El objetivo fue analizar los hallazgos por ETT en pacientes con COVID-19 y su impacto pronóstico.
Métodos: Estudio de cohortes prospectivo en 66 pacientes ingresados por COVID-19 sometidos a una ETT, entre el 1 marzo y el 25 mayo de 2020.Se obtuvieron datos de TncI-us, parámetros ecocardiográficos funcionales de ventrículo derecho (VD) e izquierdo (VI) y de deformación y trabajo miocárdico.
Resultados: De 2.025 pacientes ingresados por COVID-19, se realizó un estudio ETT completo a 200 y debido a la mala calidad de la imagen, solo se incluyeron 66 estudios en el análisis final. La mediana de edad fue de 62 años (RIC 55-70) y el 59,1% fueron varones. La comorbilidad más frecuente fue hipertensión arterial (47%), seguida de tabaquismo (30,3%), fibrilación auricular (9,1%) y enfermedad pulmonar obstructiva (7,9%). Más de la mitad de los pacientes (59%) ingresaron en UCI y el 50% requirió ventilación mecánica invasiva. La ETT se indicó principalmente por sospecha de enfermedad sistémica (50%) y para la valoración hemodinámica (30%). 36 pacientes (54,5%) tuvieron un resultado de ETT anormal y el 57% niveles elevados de TncI-us. La alteración más frecuente fue la disfunción diastólica en el 33%, seguida de disfunción sistólica del VD (12%) y disfunción sistólica del VI (6%).Los pacientes con una ETT anormal fueron de mayor edad y tuvieron un peor perfil de riesgo cardiovascular. El coeficiente de Spearman confirmó una relación inversa entre los niveles de TncI-us y la deformación y el trabajo miocárdico. Los resultados de la ETT influyeron en el manejo clínico de 60 pacientes, en la desescalada del tratamiento médico en el 42%, en el alta de UCI en el 33% y en titulación soporte hemodinámico en 15%. Sin embargo, no tuvo un impacto pronóstico en la mortalidad intrahospitalaria (fig.).
Kaplan Meier de la mortalidad intrahospitalaria en función del resultado de la ETT.
Conclusiones: En pacientes con COVID-19, la presencia de disfunción sistólica es poco frecuente, observándose con mayor prevalencia de alteraciones en la deformación y el trabajo miocárdico del VI, correlacionándose con los niveles de TncI-us. La ETT es una herramienta útil para guiar el manejo, pero carece de impacto pronóstico.