Introducción
Dr. Arturo Evangelista Masip
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: En 1967 Killip y Kimball publicaban la ya célebre escala pronóstica que lleva su nombre. Con ella estratificaban el riesgo de muerte precoz asociado al síndrome coronario agudo. A día de hoy sigue siendo una escala usada diariamente pero sus valores deben ser revisado y ajustados a la población y tratamientos actuales. Realizamos una revisión comparando los resultados y valor pronóstico de la misma en una población nacional en los últimos 25 años.
Métodos: Análisis retrospectivo de los pacientes ingresados en una unidad de cuidados críticos cardiovasculares en los últimos 25 años (1993-2018, n = 7.669 pacientes). Se seleccionaron los pacientes con SCA complicado Killip III o IV, n = 1.312 pacientes. Se analizaron 170 variables. Se compararon las poblaciones y resultados de hace 25 años con las actuales en función del estadio según la clasificación de Killip. a) Etapa A (1993-1996): fibrinólisis, con un abordaje menos invasivo del paciente. b) Etapa B (2015-2018): abordaje actual, abordaje invasivo, soporte circulatorio avanzado.
Resultados: Se objetivó un aumento significativo de los factores de riesgo cardiovascular al comparar las 2 muestras separadas por 25 años (salvo diabetes mellitus cuya incidencia no se incrementó de manera significativa). Se observa actualmente un abordaje del paciente más invasivo, con una reperfusión precoz mediante intervencionismo percutáneo cercana al 90%, una creciente tendencia a al uso de dispositivos de soporte circulatorio y respiratorio. Los resultados de supervivencia hospitalaria han mejorado de forma importante lográndose una reducción absoluta del riesgo (RAR) en el grupo de pacientes Killip III del 19,4% y Killip IV del 46,1% (resultados tabla). Se identificó un aumento significativo (p < 0,001) de las posibles complicaciones asociadas a este abordaje «invasivo» actual: infecciones, hemorragias mayores y fracaso renal agudo (tabla).
Población total (n) = 687 |
A = 1993-1996 |
B = 2015-2018 |
Significación |
Población (n) |
342 |
345 |
ns |
Sexo masculino |
65,5% |
71,9% |
ns |
Edad (años) |
74,59 |
71,213 |
ns |
Hipertensión arterial |
45,6% |
60,3% |
< 0,001 |
Dislipemia |
16,4% |
49,6% |
< 0,001 |
Diabetes mellitus |
28,1% |
31,9% |
ns |
Fumadores |
37,4% |
50,7% |
< 0,01 |
SCACEST |
71,9% |
84,5% |
< 0,001 |
Localización anterior |
56,1% |
47,8% |
ns |
Mortalidad hospitalaria Killip III |
28,6% |
9,2% |
< 0,001 |
Mortalidad hospitalaria Killip IV |
88% |
41,9% |
< 0,001 |
Balón de contrapulsación |
3,8% |
13,8% |
< 0,05 |
ECMO |
NO |
9,8% |
< 0,001 |
Respirador |
20,8% |
44,5% |
< 0,001 |
Infecciones |
2,6% |
30,2% |
< 0,001 |
Hemorragias |
3,5% |
8,7% |
= 0,03 |
Insuficiencia renal aguda |
1,7% |
28,1% |
< 0,001 |
Trombolisis urgente |
35,3% |
7% |
< 0,001 |
Coronariografía urgente |
10,8% |
88% |
< 0,001 |
Conclusiones: 50 años después de la publicación de la escala de Killip los grandes avances médicos e intervencionistas han logrado reducir las altas tasas de mortalidad asociadas a los estadios más avanzados de la misma. La clásica estratificación Killip III y IV sigue siendo de utilidad a la hora de clasificar al paciente con SCA y establecer una valoración pronóstica.