Introducción
Dr. Juan José Gómez Doblas
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Listado de sesiones
Índice de autores
Introducción y objetivos: La guía de práctica clínica (GPC) de la ESC para el manejo del infarto agudo de miocardio con elevación del ST (IAMCEST) de 2017 tiene un gran impacto en la toma de decisiones del clínico. Las recomendaciones se clasifican en función del nivel de evidencia en: A, ≥ 2 ensayos clínicos aleatorizados (ECA) o metanálisis; B, ≥ 1 ECA y estudios observacionales; y C, documentos de consenso u otros estudios. El objetivo fue describir qué tipo de evidencia sustenta las actuales recomendaciones.
Métodos: Se revisaron todas las recomendaciones en la GPC de IAMCEST de 2017, estudiando la fuerza de la recomendación y el nivel de evidencia, así como el tipo de estudios citados en cada recomendación.
Resultados: Se describieron un total de 272 recomendaciones: 59,9% clase I, 25,4% clase IIa, 7,0% clase IIb, y 7,7% clase III. Existe una asociación significativa entre el nivel de evidencia y la clase de recomendación (p < 0,001) (tabla). El nivel de evidencia A (50,7%) se basó en citas procedentes de ECA (67,4%), metanálisis (21,7%), y estudios observacionales o documentos de expertos/opinión (10,9%). En el nivel de evidencia B (36,0%), el 43,9% de las citas fueron ECA, el 10,2% metanálisis, el 30,6% estudios observacionales, y el 15,3% documentos de expertos/opinión. Para el nivel de evidencia C (13,2%), las citas procedieron: 8,3% de ECA, 2,8% de metanálisis, 36,1% de estudios observacionales y 52,8% de documentos de expertos/opinión. El tipo de estudios fue significativamente diferente para avalar las clases I (p < 0,001) y IIa (p < 0,001), pero no para las clases IIb (p = 0,308) y III (p = 0,058). Además, se observó que las recomendaciones clase A (I, IIa, IIb, y III) proceden hasta en más de dos tercios de ECA, mientras que las recomendaciones C (I, IIa, IIb, y III), citan principalmente estudios observaciones o de consenso/opinión, sin diferencias significativa (p = 0,666 y p = 0,894, respectivamente). Sin embargo, sí se documentaron diferencias entre el tipo de estudio en las recomendaciones clase B (I, IIa, IIb, y III) (p = 0,026), con una mayor proporción de ECA en las recomendaciones IIb y III respecto a I y IIa (fig.).
Estratificación de la clase de recomendación por el nivel de evidencia |
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Nivel evidencia A |
Nivel evidencia B |
Nivel evidencia C |
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Clase recomendación |
< 0,001 |
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I: se recomienda |
101 (62,0) |
45 (27,6) |
17 (10,4) |
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IIa: se debe recomendar |
28 (40,6) |
28 (27,6) |
13 (18,8) |
|
IIIb: se debe considerar |
3 (15,8) |
11 (57,9) |
5 (26,3) |
|
III: no se recomienda |
6 (28,6) |
14 (66,7) |
1 (4,7) |
Tipo de estudio según el tipo de recomendación.
Conclusiones: Existe un gradiente entre la clase de recomendación y la evidencia científica sobre la que se sustenta, existiendo menos evidencia para “no recomendar” que para “recomendar”, salvo para las recomendaciones IIb y III.