Introducción
Dr. Arturo Evangelista Masip
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: Es conocida la asociación de la insuficiencia renal con un pronóstico más sombrío en múltiples escenarios clínicos. Nuestro objetivo fue analizar el impacto de la asociación entre enfermedad renal crónica (ERC) e insuficiencia cardiaca (IC) en cuanto al abordaje terapéutico y pronóstico.
Métodos: Estudio unicéntrico, observacional y analítico en el que se seleccionaron consecutivamente a todos los pacientes en seguimiento en nuestra unidad de IC desde abril de 2016 hasta octubre de 2018. Se calculó el filtrado glomerular (FG) mediante fórmula CKD-EPI y se dividieron en función del estimado en la primera consulta (FG > 60 y < 60 ml/min/1,73 m2).
Resultados: El tiempo medio de seguimiento fue 21,4 meses y se seleccionaron 195 pacientes, 74% varones. 68% HTA, 44% DM y 55% DLP. Las etiologías más prevalentes de IC fueron isquémica (33%) e idiopática (17%). 68,2% asociaba ERC leve (FG < 90 ml/min/1,73 m2), el 31,3% ERC establecida (FG < 60 ml/min/1,73 m2) y el 5,13% ERC avanzada (FG < 30 ml/min/1,73 m2). En el análisis multivariado los pacientes con FG < 60 eran significativamente mayores (71 frente a 60 años), con un DTDVI ligeramente menor al inicio (58,5 frente a 61 mm) y una FEVI ligeramente mayor (media 32,5 frente a 28,8%), pero más baja en el estudio de seguimiento (35,6 frente a 40,1%), con menor proporción de pacientes que logran un incremento > 10% o FEVI > 50% (24 con FG > 60, 3 con FG < 60). Los valores de NT-proBNP fueron persistentemente superiores y presiones de llenado intraventriculares más elevadas (E/e’). En cuanto a la toma de ARNI, 26 pacientes realizaban tratamiento, 11 (18%) en dosis máxima, 4 con FG > 30, sin diferencias significativas entre grupos. Aunque no significativa, existe tendencia a mayor implante de dispositivos en el grupo con ERC (28% DAI y 15% TRC-D frente a 19 y 10% respectivamente). Hasta el 30% de los pacientes con ERC presentó un ingreso en el seguimiento frente al 9% con FG > 60 ml/min/1,73 m2, sin llegar a la significación estadística, similar a lo ocurrido con el número de fallecimientos (N 12 frente a 10).
Conclusiones: En nuestra muestra los pacientes con IC presentan una elevada prevalencia ERC. Evidencian más datos de congestión en el seguimiento y peores parámetros de recuperación, con tendencia a un mayor uso de dispositivos para prevenir la muerte súbita. El abordaje farmacológico no difiere del resto de pacientes y la tolerancia a ARNI es buena.