Introducción: La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad con una elevada morbimortalidad. El objetivo del estudio es describir el perfil clínico y los resultados de los pacientes con EI en un centro joven sin cirugía cardiaca (CCV) con una población añosa y con una elevada prevalencia de enfermedades crónicas graves.
Métodos: Estudio retrospectivo. Se incluyeron todos los pacientes con diagnóstico de EI en el informe de alta o exitus o imagen sugestiva de EI por ecocardiografía entre 2008-2013. Todos los pacientes cumplían los criterios de Duke excepto un caso en el que el diagnóstico fue necrópsico.
Resultados: 36 pacientes incluidos. Edad media 68 años (rango 60-82), 67% varones, 22% DM tipo II y 53% insuficiencia renal. La afectación valvular nativa fue predominante (47%), siendo la localización aórtica la más frecuente (42%) y 14% EI sobre marcapasos. En los hemocultivos, Stafilococo fue el microorganismo más frecuentemente aislado (53%), seguido por Enterococo (19%). La sensibilidad diagnóstica del ecocardiograma transesofágico (85%) fue superior al transtorácico (56%). El 50% de los pacientes presentaron HTP significativa, disfunción valvular o protésica significativa en el 50% y el tamaño de la verruga fue ≥ 10 mm en el 59% de los casos. La FEVI media fue de 54%. El 28% de los pacientes fue remitido a CCV por: ICC 27%, sepsis 18%, verruga > 10 mm 18%, embolias 9% y absceso 9%. Con las limitaciones estadísticas inherentes al tamaño de la serie, la indicación quirúrgica no se relacionó con la edad, sexo, presencia de complicaciones clínicas o ecocardiográficas. La mortalidad global fue 44% (30% tratamiento quirúrgico, 50% tratamiento médico, p = ns). En el análisis multivariante, se asociaron con mayor mortalidad la presencia de ICC (81% vs 28%, p = 0,004), la presencia de sepsis (80% vs 30%, p = 0,0011), la disfunción valvular o protésica significativa (58% vs 23%, p = 0,04) y la afectación diastólica (60% vs 17%, p = 0,014).
Conclusiones: En nuestra serie, la mortalidad es mayor que la referida en la literatura. En parte, esto puede ser debido a un menor número de indicaciones quirúrgicas y realizadas en un estadio más avanzado. La EI es una enfermedad compleja que requiere un diagnóstico precoz y un tratamiento agresivo. La creación de equipos multidisciplinares para el manejo integral de esta patología es especialmente necesaria en los centros sin CCV.