Introducción
Dra. Lina Badimón Maestro
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Objetivos: Conocer el impacto de la determinación de LOS en grandes vasos; espesor íntima-media (EIM), velocidad de onda de pulso (VOP) e índice tobillo-brazo (ITB), en pacientes hipertensos con riesgo vascular estimado bajo o moderado según las tablas SCORE de estratificación del riesgo.
Métodos: Se incluyeron inicialmente a los 528 pacientes. Los pacientes con hipertensión clínica aislada, HTA secundaria, antecedentes de enfermedad clínica asociada o diabetes mellitus fueron excluidos del estudio, por lo que finalmente se incluyeron en el análisis un total de 220 pacientes.
Resultados: De los 220 pacientes hipertensos incluidos en el análisis, un 69% presentaban riesgo vascular asociado bajo (n: 152), un 15% riesgo moderado (n: 33) y un 16% riesgo elevado (n: 35). Existían diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en función de la edad (media de edad de 45,9 años, 63,1 y 65,5 respectivamente) y género (porcentaje de varones 45,6%, 69,5% y 81,8% respectivamente). En los 152 pacientes con riesgo inicial estimado bajo (puntuación SCORE 1-2) se hallaron en el laboratorio 9 pacientes con EIM > 0,9 mm, 16 pacientes con VOP > 12 m/sec y un paciente con ITB < 0,9. Dos de estos pacientes tenían EIM y VOP ambos elevados. Por lo tanto 24 pacientes inicialmente estratificados como de bajo riesgo vascular pasaron a presentar riesgo elevado (15,8%). En los 33 pacientes inicialmente evaluados como de riesgo moderado (puntuación SCORE: 3-4) se hallaron 8 pacientes con EIM elevado, 19 pacientes con VOP elevada y un paciente con ITB disminuido. Cuatro de estos pacientes tenían EIM y VOP ambos elevados. Por lo tanto 24 pacientes inicialmente estratificados como de moderado riesgo vascular pasaron a presentar riesgo elevado (72,8%).
Conclusiones: En nuestra cohorte de pacientes hipertensos, el despistaje de LOS en grandes arterias ha detectado a un 21% de pacientes inicialmente estratificados como de riesgo bajo o moderado que ya presentan en realidad daño orgánico subclínico y por lo tanto elevado riesgo vascular en los que resulta necesario establecer unos objetivos terapéuticos más estrictos y un seguimiento clínico más cercano.