Introducción
Dr. Arturo Evangelista Masip
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: Existen escasas evidencias referentes al abordaje de la insuficiencia tricúspide (IT) pero la intervención sobre dicha válvula es infrecuente pese al mal pronóstico. Las alternativas percutáneas recientes, incluido el sistema de MitraClip (Abbott Vascular) y las válvulas cardiacas heterotópicas u ortotópicas han llegado recientemente a nuestra práctica clínica. El objetivo fue describir la incidencia de IT ≥ 2+ y la gestión y resultados en nuestro centro.
Métodos: Dos cardiólogos expertos en imagen revisaron los ecocardiogramas transtorácicos (ETT) realizados en el primer semestre de 2018. Todos los pacientes con IT ≥ 2+ fueron seleccionados y se obtuvo un seguimiento de al menos 6 meses.
Resultados: De entre 3.620 pacientes, 97 (2,7%) presentaron IT ≥ 2+ que fue grave en 41,7%, masiva en 17,7% y torrencial en 2,1%. La edad media fue de 75,9 ± 11,2 años y el 65% eran mujeres. El 24% presentaron diabetes, el 15,6% enfermedad renal crónica, el 76% fibrilación auricular y el 19,8% ictus previo. La ecocardiografía determinó un diámetro medio del anillo tricúspideo de 41,97 ± 6,36 mm y de ventrículo derecho de 48,29 ± 9,24 mm con desplazamiento sistólico del plano del anillo tricuspídeo (TAPSE) de 16,9 ± 4,2 mm. La presión sistólica media de la arteria pulmonar fue de 53,6 ± 14 mmHg y la fracción media de eyección del ventrículo izquierdo fue del 54,2 ± 13,3%. La IT se clasificó como primaria en el 23,1% y como secundaria en el 70,2% incluyendo 3 secuelas de endocarditis, 3 congénitas (2 defectos del tabique auricular y 1 Ebstein), 2 extracciones previas de marcapasos, 4 anuloplastias tricúspides fallidas, 33 poscirugía mitral, 10 secundarias a patología pulmonar (7 respiratorias y 3 posembolia), y 18 con afección reumática. El seguimiento promedio fue de 323,9 ± 101,4 días en los que un 37,1% de los pacientes precisaron ingresos hospitalarios fundamentalmente por insuficiencia cardiaca (58,3%) y un 13,5% fallecieron. En 5 pacientes (5,1%) se intervino la IT mediante anuloplastia quirúrgica (60%) o reparación percutánea (40%), sin ningún fallecimiento intraprocedimiento ni a los 6 meses de seguimiento.
Conclusiones: < 3% de los pacientes sometidos a ETT presentan IT ≥ 2+ con más de 1/3 de reingresos hospitalarios y 1/5 de mortalidad en los 6 meses siguientes a dicha evaluación. Sin embargo, pese a los buenos resultados solo un ∼5% se sometieron a reparación quirúrgica o percutánea. Ambas opciones presentan por tanto un potencial crecimiento en los próximos años.