Antecedentes y objetivos: La estenosis aórtica severa (EAS) sintomática se asocia con una tasa de mortalidad anual en torno al 25%. Sin embargo, los p con EAS sintomática desestimados para corrección quirúrgica por comorbilidad que la contraindica, tienen peor pronóstico. Hemos analizado la evolución y los factores implicados con mayor mortalidad en este grupo de p.
Métodos: Estudio de p consecutivos ingresados por EAS sintomática rechazados para recambio valvular aórtico (RVA) entre enero/2004 y diciembre/2008. Definimos EAS por: gradiente máximo ≥ 64 mmHg, gradiente medio ≥ 40 mmHg o área valvular aórtica = 1 cm2. Fueron rechazados para RVA por riesgo quirúrgico elevado, inoperabilidad o negativa del propio paciente. Analizamos edad, sexo, factores de riesgo cardiovascular, antecedentes de ictus, cardiopatía isquémica, vasculopatía periférica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, fracción de eyección ventricular izquierda, función renal (MDRD4), síntomas y clase funcional, presencia de anemia y fibrilación auricular, scores de riesgo quirúrgico (Euroscore logístico y STS) e índice de comorbilidad de Charlson. El seguimiento fue efectuado mediante revisión de la historia clínica y/o encuesta telefónica.
Resultados: Incluimos 72 p (69% mujeres), con edad media de 81,3 años (DE: 6,3). El gradiente máximo fue de 85,1 mmHg (DE: 17,7). La mortalidad al año alcanzó el 41%. El período de seguimiento medio fue de 19,1 meses (DE: 17,7) y la mortalidad al término del mismo del 72%. El análisis de las variables mostró como único predictor independiente de mortalidad una menor fracción de eyección, tanto al año: 53,1% (DE: 14,5) vs 62,2% (DE: 7,9); p = 0,003 como al final del seguimiento: 56,5% (DE: 13,2) vs 62,5% (DE: 7,2); p = 0,02), con OR 1,08 (IC 1,00-1,16; p = 0,04); y una capacidad de discriminación discreta mediante el análisis de la curva ROC (ABC = 0,68).
Conclusiones: En nuestra serie, los pacientes con EAS sintomática desestimados para corrección quirúrgica, presentan una mortalidad muy superior a la esperada, lo que confirma su mal pronóstico. La fracción de eyección se mostró como el único predictor independiente de mortalidad.