Antecedentes y objetivos: La heparina sódica es utilizada de rutina en el intervencionismo coronario. El objetivo de este estudio es analizar si existen diferencias en la efectividad, velocidad de acción y seguridad entre las vías arterial y venosa.
Métodos: Estudio de cohortes prospectivo analítico con exposición incidente. La efectividad se evaluó mediante las variables anticoagulación diana (AD), definida como ACT > 250 sg, tiempo máximo hasta la anticoagulación diana y valor de anticoagulación máxima (sg). Se realizaron determinaciones de ACT basal, 2, 4, 6, 10 min y al final del procedimiento. Se observó la existencia de complicaciones trombóticas o hemorrágicas durante el ingreso.
Resultados: Se incluyeron 73 pacientes. Las dos cohortes de exposición eran comparables en las características basales (edad, sexo, factores de riesgo cardiovasculares, etc.). La media basal de ACT fue de 139,3 sg (DE: 32,6) y 129,9 (DE: 27,6) en la vía arterial y venosa respectivamente (p = 0,77). La AD se alcanzó en el 95,7% de las vías arteriales y en el 100% de las venosas (p = 0,53). No hubo diferencias significativas en cuanto al tiempo máximo ni en la anticoagulación máxima. La evolución del ACT a lo largo de las diferentes mediciones mostró diferencias significativas globales (p < 0,0001), pero la evolución en el tiempo del ACT no era diferente entre ambas vías de administración (p = 0,51). La incidencia de trombosis intraprocedimiento fue significativamente mayor en la vía venosa que en la arterial (14,3% vs 0%; p = 0,02) La hemorragia menor fue más incidente en la vía arterial, aunque la diferencia no llegó a ser significativa (14,9 vs 3,6%; p = 0,12).
Conclusiones: La anticoagulación con heparina no fraccionada durante el ICP se consigue con la misma efectividad y rapidez tras la administración por vía arterial o venosa; se observó un aumento de trombosis intraprocedimiento por vía venosa, sin hallarse diferencias diferencia en las complicaciones hemorrágicas.