Introducción: El trasplante cardiaco es actualmente la única medida terapéutica para el tratamiento quirúrgico de los pacientes con insuficiencia cardiaca refractaria. La prevalencia del fallo primario del injerto (FPI) varía entre 1,4% y 30,7% y es responsable del 40% de la mortalidad en los primeros 30 días post trasplante. A pesar del tratamiento médico (con inotrópicos y nuevos vasodilatadores pulmonares) combinado con el balón de contrapulsación intraaórtico, en algunas ocasiones se necesitan medios de soporte circulatorio que permitan al paciente sobrevivir hasta la recuperación del FPI o bien hasta la disponibilidad de un nuevo órgano.
Material y métodos: Desde el inicio del programa de soporte circulatorio en nuestra institución se han implantado 55 dispositivos; 5 de los cuales fueron implantados a 5 pacientes con FPI tras un trasplante cardiaco en situación de shock cardiogénico refractario a inotrópicos y balón de contrapulsación. Realizamos un estudio descriptivo de esta cohorte haciendo hincapié en las complicaciones y los resultados a largo plazo.
Resultados: La edad media de nuestros pacientes fue de 42,0 ± 13,4 años, de los cuales el 40% eran varones. Todos presentaban disfunción ventricular derecha severa y la FEVI media fue 38 ± 23,1%. Se implantaron 4 ECMOs veno-arteriales y 1 asistencia biventricular. El implante quirúrgico se llevo a cabo sin complicaciones en todos los casos. 2 pacientes precisaron reintervención por sangrado. Se realizó terapia antibiótica de amplio espectro anticipada en 4 pacientes. Se pudieron retirar todos los dispositivos por considerar que el 100% de los pacientes se habían recuperado del FPI (no hubo necesidad de retrasplante en ningún caso). El paciente al que se le había implantado la asistencia biventricular murió a los 4 días tras su retirada por sepsis (a pesar de haber recibido terapia antibiótica anticipada), el resto siguen vivos hasta la actualidad tras un seguimiento medio de 386,9 ± 84,1 días. Los pacientes estuvieron asistidos durante 7,81 ± 6,01 días y el que falleció durante 7 días.
Conclusiones: En un escenario clínico con una elevada mortalidad, el uso de sistemas de soporte circulatorio es una herramienta segura que consigue que todos los pacientes de nuestra serie se recuperen del FPI y que todos los que recibieron una ECMO venoarterial sobrevivan. La supervivencia a largo plazo fue del 80%.