Introducción
Dr. Arturo Evangelista Masip
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: La intervención coronaria percutánea (ICP) de oclusiones crónicas (OCT) aorto-ostiales supone un reto. Nuestro objetivo es analizar los aspectos técnicos y resultados de la ICP sobre OCT aorto-ostiales.
Métodos: Se incluyeron 80 pacientes con OCT aorto-ostiales tratadas entre febrero de 2013 y diciembre de 2018. OCT aorto-ostial fue considerada si el muñón proximal estaba a una distancia máxima de 5 mm del ostium coronario. Se consideró éxito técnico si la estenosis residual era < 30% con flujo TIMI 3 en el vaso ocluido. El éxito del procedimiento se definió como éxito técnico y ausencia de complicaciones intrahospitalarias. Los eventos cardiacos mayores (MACE) en el seguimiento se definieron como un compuesto de muerte cardiaca, infarto y revascularización de la lesión diana.
Resultados: La edad media fue de 63 ± 11 años y la mayoría varones (92,5%). El vaso ocluido más frecuentemente fue la arteria coronaria derecha (n = 77, 96,2%). La media de la escala J-CTO fue 2,9 ± 1,0 y 26 casos (32,5%) tenían ausencia total de muñón. Se obtuvo éxito técnico y del procedimiento en 61 pacientes (76,2%) Las técnicas de cruce más frecuentemente exitosas fueron las retrógradas: luz verdadera a luz verdadera en 12 (19,7%) y reverse-CART en 25 (41,1%) pacientes. En ausencia total de muñón las técnicas retrógradas fueron la técnica de cruce en una proporción mayor de pacientes (n = 15, 78,9 frente a n = 22, 52,4%, p < 0,01). Las razones del fallo en la recanalización fueron: ausencia de colaterales intervencionistas en 9 pacientes (47,4%), muñón impenetrable en 7 (36,8%) e imposibilidad de avanzar el microcatéter por las colaterales tras la guía en los 3 restantes (15,8%). En el análisis multivariable, el único predictor de fallo en la recanalización fue la ausencia de colaterales intervencionistas (OR: 15,49, IC95%: 3,01-79,85; p = 0,001). Con respecto a las complicaciones, 5 pacientes (6,2%) sufrieron un infarto periprocedimiento, 4 (5%) nefropatía por contraste y 3 (3,7%) una perforación del vaso. Tras una media de 30 meses, la tasa de MACE fue 11,2% (2 (2,5%) defunciones y 7 (8,7%) nuevas revascularizaciones del vaso diana).
Conclusiones: La OCT aorto-ostial supone un subgrupo de especial complejidad. En nuestra serie, la tasa de éxito fue menor a la descrita en registros actuales de OCT. La presencia de colaterales intervencionistas parece ser clave en el éxito de estos procedimientos.