Introducción
Dr. Arturo Evangelista Masip
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: La longitud del stent ha sido considerada tradicionalmente un predictor de eventos adversos tras un intervencionismo coronario percutáneo (ICP). Esto ha motivado la tendencia a cubrir las lesiones graves con la menor longitud posible de stent (spot stenting). Sin embargo, el diseño de nuevas plataformas de gran longitud puede haber reducido la importancia de su longitud en la predicción de eventos. Nuestro objetivo fue valorar los resultados a largo plazo del implante de stents muy largos tras un ICP.
Métodos: Incluimos 404 lesiones tratadas con ICP e implante de stent muy largo (> 40 mm) en 371 pacientes consecutivos [80,8% varones, 66 años (29-92)] desde marzo 2014 a diciembre 2018. Se evaluó la presencia del evento combinado [muerte cardiaca, infarto no mortal relacionado con el stent largo (IAM), trombosis stent (TS), necesidad de nueva revascularización de la lesión tratada (RLT)] y los eventos independientes del mismo tras una mediana de seguimiento de 21 meses (14-29).
Resultados: El 37,3% presentaron cardiopatía isquémica estable, 42,2% SCASEST y 20,6% SCACEST. Un 37,4% eran diabéticos, el 68,4% hipertensos, el 49% dislipémicos y el 36,4 fumadores activos. El 12,8% fueron stents convencionales (SC) y 87,2% stents farmacoactivos (SF): everolimus 55%, sirolimus 27,8%, otros 4,6%. El vaso tratado con stent muy largo fue: tronco coronario izquierdo: 0,8%, descendente anterior: 41,7%, circunfleja: 10,8%, coronaria derecha: 46,1% y 0,3% vena safena. El 19,2% de las lesiones eran bifurcaciones, el 15,5% oclusiones crónicas. Se implantaron 131 stents de 40 mm, 240 de 48 mm, 9 de 50 mm y 24 de 60 mm. Un 23,2% de los stents fueron de menos de 2,5 mm de diámetro. La tasa de eventos adversos al final del seguimiento fue del 9,3%: muerte cardiaca 4,6% (el 75% durante el ingreso por IAMCEST Killip IV), TLR 1,9%, TS 0,8%. Esta tasa de eventos fue similar a la de una cohorte de similares características de stents < 40 mm.
Conclusiones: En la práctica clínica actual, los nuevos diseños de stents largos permiten no solo tratar lesiones cada vez más complejas, sino que a su vez se consigue disminuir el número de stents por procedimiento, lo que redunda en un sustancial ahorro económico. Con los nuevos diseños y materiales, la longitud del stent no es un predictor de eventos tan importante como en el pasado.