Introducción
Dr. José María de la Torre Hernández
Presidente del Comité Científico del Congreso. Vicepresidente de la SEC
Comités ejecutivo, organizador y científico
Comité de evaluadores
Listado completo de comunicaciones
Índice de autores
Introducción y objetivos: El síndrome de tako-tsubo (STT) se define como una miocardiopatía consistente en una discinesia apical aguda y transitoria. Sin embargo, existen otros patrones que no involucran el ápex denominadas formas atípicas que incluyen los patrones medioventriculares, basales y focales/atípicos. El objetivo del estudio fue caracterizar las diferencias clínicas y pronósticas en la fase aguda y durante el seguimiento de las formas atípicas.
Métodos: 747 STT registrados desde 2004-2023. Se clasificaron los STT en formas típicas (afectación apical) y formas atípicas (sin afectación apical). Se registraron durante el ingreso y al año variables clínicas y pronósticas incluyendo mortalidad, recurrencias y MACE (muerte por cualquier causa, ictus, evento insuficiencia cardiaca (IC), ingreso por arritmias sintomáticas y síndrome coronario agudo).
Resultados: Edad mediana 72 años (IQR 63,0-80,0), 87,5% mujeres, 9,1% enfermedad coronaria (EAC), 20,9% de formas atípicas, 52,7% presencia de estresor y 22,3% de formas secundarias. La mortalidad intrahospitalaria fue del 3,7% (2,2% cardiovascular). Al año, hubo 1,1% recurrencias, 9,6% de mortalidad (2,7% cardiovascular) y 15,8% de MACE. Los pacientes con formas atípicas tenían una menor edad y un menor porcentaje de HTA, DLP y antecedentes de EAC así como eran en mayor porcentaje varones, fumadores y formas secundarias. A pesar de una mayor FEVI al ingreso, las formas atípicas no presentaron diferencias en los valores de NT-proBNP ni en el Killip. A nivel ECG, las formas atípicas se presentaron menos frecuentemente con elevación del ST y más con descenso del ST. Destacó un menor porcentaje de obstrucción del tracto de salida del VI en las formas atípicas sin diferencias en las complicaciones ni en la mortalidad intrahospitalaria. En el seguimiento, no hubo diferencias en las recurrencias aunque sí un aumento de la mortalidad en las formas atípicas a expensas de una tendencia a una mayor mortalidad no-cardiovascular.
Variables |
|||
Formas típicas (n = 591) |
Formas atípicas (n = 156) |
p |
|
Edad, años (IQR) |
74,9 (67,5-81,0) |
71 (62,0-82,0) |
0,028 |
Sexo masculino, % (n) |
11,1 (66) |
17,2 (27) |
0,049 |
Hipertensión, % (n) |
71,7 (413) |
58,9 (91) |
0,001 |
Diabetes mellitus, % (n) |
20,5 (118) |
16,5 (25) |
0,265 |
Dislipemia, % (n) |
49,0 (282) |
36,8 (56) |
0,008 |
Fumador activo, % (n) |
16,2 (96) |
24,4 (38) |
0,019 |
Enfermedad arterial coronaria, % (n) |
6,8 (34) |
1,8 (2) |
0,041 |
Fenocopias, % (n) |
19,3 (113) |
34,2 (53) |
< 0,001 |
Killip > 1 al ingreso, % (n) |
43,3 (256) |
37,2 (58) |
0,167 |
FEVI ingreso, % (IQR) |
40 (35-45) |
45 (35-55) |
< 0,001 |
Elevación del segmento ST, % (n) |
51,6 (278) |
37,7 (52) |
0,041 |
Descenso del segmento ST, % (n) |
19,2 (81) |
42,9 (48) |
< 0,001 |
Obstrucción TSVI, % (n) |
6,6 (38) |
2,6 (4) |
0,057 |
Mortalidad global ingreso, % (n) |
3,2 (19) |
5,1 (8) |
0,257 |
Recurrencias, % (n) |
1,2 (5) |
0,9 (1) |
0,782 |
Mortalidad global 1 año, % (n) |
8,5 (44) |
14,0 (20) |
0,047 |
Mortalidad CV 1 año, % (n) |
2,5 (13) |
3,5 (5) |
0,514 |
Muerte no-CV 1 año, % (n) |
6,0 (31) |
10,5 (15) |
0,058 |
MACE 1 año, % (n) |
15,8 (77) |
14,3 (18) |
0,680 |
Las variables categóricas están mostradas como porcentajes mientras que las continuas mediante mediana (IQR: rango intercuartil). FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo; TSVI: tracto de salida del ventrículo izquierdo; CV: cardiovascular; MACE: major adverse cardiovascular events. |
Conclusiones: Las formas atípicas se asociaron a menor edad y a una menor proporción de HTA, DLP y EAC previa, así como a un mayor porcentaje de varones, formas secundarias y menor FEVI al ingreso. A pesar de que no hubo diferencias en el pronóstico intrahospitalario, las formas atípicas se asociaron a un aumento en la mortalidad al año a expensas de una tendencia a una mayor mortalidad no-cardiovascular.