Introducción y objetivos: La endocarditis infecciosa (EI) es una infección microbiana que afecta a las estructuras intracardiacas, su importancia se deriva por su alta mortalidad. El objetivo del presente estudio es describir las características epidemiológicas y clínicas de la endocarditis infecciosa en una muestra poblacional.
Métodos: Estudio descriptivo de todos los pacientes mayores de 18 años que cumplieron los Criterios Modificados de Duke para el diagnóstico de EI Definitiva y Posible entre los años 2006-2010 del HGUCR. Incluyéndose un total de 27 casos.
Resultados: De los 27 casos, 77,8% (21 casos) tienen EI definitiva y el 22,2% (6 casos) el de EI posible, La edad media fue de 62,5 + 15 años, con un mínimo de 18 años y un máximo de 81 años. El 44,4% (12 casos) eran mayores de 70 años y el 55,6% menores de 70 años (15 casos). 66,7% son varones (18 casos) y el 33,3% (9 casos) son mujeres. La cardiopatía preexistente era de tipo reumática (30%), degenerativa (30%), cardiopatía congénita (11%) y EI previa (4%). En el 67% el tipo de válvulas afectadas fueron válvulas nativas y el 33% protésica (22% mecánica y 11% biológica). La válvula afectada era la mitral, aórtica o ambos en el 30%, 41% y 10% respectivamente. El grado de insuficiencia valvular secundaria era leve, moderada y grave en el 15%, 19% y 33% respectivamente, en el 33% no hubo signos ecocardiográficos de insuficiencia valvular. En el 88,9% de los casos los cultivos fueron positivos y el 11,1% negativos. El mayor porcentaje pertenece al grupo de los catalasa negativo con 44,4% (Estreptococos mitis, Estreptococo agalactiae y Enterococo fecalis); le sigue con el 29,6% los del grupo coagulasa negativo (Estafilococo epidermidis y hominis) y con el 7,4% los coagulasa positivo (Estafilococo aureus) y oxidasa positivo (E. coli) cada grupo. En el grupo de ancianos (mayores de 70 años) el germen más frecuente eran los del grupo coagulasa negativo con 6 casos (50%) y en los menores de 70 años predominaron los del grupo de gérmenes catalasa negativo (60%), esta diferencia fue estadísticamente significativa (p < 0,05).
Conclusiones: El haber tenido el antecedente de EI, la presencia de un evento embolico durante la evolución de la infección y el ser portador de una prótesis valvular metálica se relacionan con una mayor mortalidad. La tasa global de mortalidad fue de 14,8%.