Introducción: El síndrome metabólico (SM) es un conjunto de anomalías metabólicas relacionadas entre sí que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2 (DM2). El objetivo de este estudio es determinar la prevalencia del SM y la frecuencia de sus distintos componentes en pacientes con síndrome coronario agudo (SCA).
Métodos: Entre marzo de 2011 y abril de 2012 se incluyeron de forma prospectiva pacientes consecutivos ingresados en la Unidad Coronaria de nuestro centro con diagnóstico de SCA. Se determinó la presencia de SM según los criterios del Adult Treatment Panel III modificados (se utilizó el IMC en lugar del perímetro abdominal). Los niveles de triglicéridos (TG) y HDLc se determinaron en las primeras 48 horas de ingreso. Se han analizado también los componentes del SM en pacientes no diabéticos.
Resultados: Se recogieron un total de 378 pacientes (74,9% hombres). El 46,4% de los pacientes tenían SM. La presencia de SM fue superior en mujeres respecto a hombres (52,6% vs 44,5%). En el global de la población con SCA, la alteración del metabolismo de los hidratos de carbono (62,5%) y las cifras bajas de HDLc (58,7%) fueron los factores más prevalentes. Entre los pacientes con SM, el componente más frecuente fue las cifras bajas de HDLc (89,7%), seguido de la glucemia basal alterada (77,1%) y la hipertensión arterial (76%). La obesidad y hipertrigliceridemia fueron los menos prevalentes (52,6% y 46,3% respectivamente). Entre los pacientes no diabeticos la prevalencia del SM fue del 35%, siendo en este subgrupo las cifras de HDLc bajas el componente más frecuente (90%), seguido de la hipertensión arterial (72,2%).
Conclusiones: La prevalencia del SM en pacientes con SCA es alta. Constituye un problema de salud, por lo que su reconocimiento en la población presuntamente sana, debe conllevar al desarrollo de estrategias de intervención en la atención primaria de salud con vistas a su prevención. Las cifras bajas de HDLc es el componente más frecuente, incluso en la población no diabética. Por ello, pese a que la reducción del LDLc es la principal estrategia según las guías de práctica clínica para la prevención del riesgo cardiovascular, remarcamos como objetivo secundario el aumento de las cifras de HDLc tanto en prevención primaria como en secundaria.