Introducción: La evidencia de diferencias entre hombres y mujeres con insuficiencia cardiaca crónica (ICC) en relación a la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) ha sido principalmente demostrada en estudios llevados a cabo en Norteamérica. Está por demostrar si estas diferencias pueden extrapolarse al contexto geográfico y sociocultural del sur de Europa.
Métodos: El estudio VIDA-IC es un registro prospectivo realizado por 115 especialistas de toda España que han incluido pacientes consecutivos con ICC y FEVI = 40% en 2011. La calidad de vida se evaluó con un cuestionario específico Kansas City Cardiomyopathy Questionnaire (KCCQ) y otro genérico EQ-5D que incluía una escala visual analógica (VAS). En ambas escalas, una mayor puntuación denota mejor CVRS.
Resultados: De los 995 pacientes evaluados el 30% eran mujeres. No hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres en las principales características clínicas. Sin embargo, las mujeres presentaban menos EPOC/enfisema (9,2% vs 24,1%; p < 0,0001) y habían tenido menos IAM previos (29,6% vs 49,3%; p < 0,0001). Además, las mujeres tenían mayores niveles de anemia (26,5% vs 15,8%) e hipertensión como etiología de ICC (33% vs 15,7%). En general, la CVRS de estos pacientes fue baja (media VAS 61,4 ± 19,3; media EQ-5D index 0,6 ± 0,3; KCCQ resumen puntuación general: 62,3 ± 23,2) comparada con los valores previamente publicados (media VAS: 79,8 ± 17,5). Las mujeres tenían peores puntuaciones medias del EQ-5D (0,7 ± 0,3 vs 0,6 ± 0,3; p < 0,0001), del VAS (62,7 ± 19 vs 58,3 ± 19,9; p = 0,001) y el resumen puntuación general de KCCQ (56,4 ± 23,2 vs 64,7 ± 22,8; p < 0,0001). Para la evaluación específica de la enfermedad utilizando el KCCQ, las mujeres tuvieron peores puntuaciones en las limitaciones físicas, frecuencia, carga y puntuación total de los síntomas, calidad de vida, limitaciones sociales y resumen clínico (todos los valores p < 0,0001, salvo la calidad de vida p = 0,002). Es interesante que la estabilidad de los síntomas y la autoeficacia no fuesen diferentes en relación al género.
Conclusiones: Estos resultados en ICC sistólica demuestran que las mujeres tienen peor CVRS que los hombres. Son necesarios estudios adicionales para evaluar los mecanismos fisiopatológicos y psicosociales que pueden estar detrás de estas diferencias de género y diseñar intervenciones apropiadas teniendo en cuenta estos resultados para la mejora de la calidad de vida en estos pacientes.