Antecedentes y objetivos: Es conocida la alta prevalencia de los trastornos del metabolismo de la glucosa (AMG): prediabetes y de diabetes (DM) en los pacientes con cardiopatía isquémica, aproximadamente dos tercios de esta población. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento de esta patología debido al aumento de la obesidad y del sedentarismo. Nuestro objetivo es evaluar la importancia de la enfermera para el diagnóstico de los pacientes con diagnóstico de prediabetes, diabetes “de novo” y el control de los pacientes diabéticos conocidos.
Métodos: Basados en el valor de HA1C para el diagnóstico de prediabetes y DM según los nuevos criterios de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) de enero 2010, a todos los pacientes que se incorporaron a nuestro programa desde julio de 2009 hasta abril de 2010, se les hizo una determinación HA1C.
Resultados: De 180 pacientes el 28 % tuvieron AMG (A), 13 % fueron diagnosticados de diabetes (B) y 22 % eran diabéticos conocidos (C). A todos ellos, la enfermera les instruyó en las recomendaciones de ejercicio físico y dieta con charlas educativas generales e individualizadas. Además, al grupo de pacientes diabéticos (B y C) se les pidió que se midieran la glucemia en ayunas y las glucemias postpandriales 2 veces/semana, ajustándose el tratamiento según el caso. Al finalizar el programa se repitió HA1C (HA1Cf). Grupo A: HA1Cf no aumentó y ninguno de ellos necesitó tratamiento antidiabético oral. Grupo B: HA1C f disminuyó en 70 % de los pacientes una media de 0,2 %, requiriendo sólo metformina a dosis bajas la mayoría de ellos. Grupo C: HA1C f disminuyó en el 90 % y precisaron ajuste de tratamiento a la baja en un 50 %.
Conclusiones: El papel de la enfermera en la educación diabetológica mejora el pronóstico y evolución de los pacientes con AMG y DM.