Introducción: El consumo leve a moderado de alcohol se asocia con un menor riesgo de morbi/mortalidad coronaria. Sin embargo, se desconoce si el consumo de cerveza proporciona protección cardíaca. Nuestro objetivo fue investigar si la cerveza (con y sin alcohol) proporciona cardioprotección en un modelo porcino de infarto agudo de miocardio (IAM).
Métodos: Se compararon los grupos: I) animales alimentados 10 días con dieta rica en colesterol (HC); II) HC + dosis bajas de cerveza (BC; 12,5 g alcohol/día); III) HC + dosis moderada cerveza (MC; 25 g alcohol/día), o IV) HC + cerveza sin alcohol MB (C-SIN, 0,0 g alcohol/día), antes de inducirles IAM. Tras la revascularización, los animales se mantuvieron durante 21 días bajo el mismo régimen. Se analizó el perfil lipídico, parámetros de oxidación, tamaño del infarto y la función cardíaca por ecocardiografía. Tras el sacrificio se obtuvo miocardio para el análisis molecular/histológico.
Resultados: En comparación con los controles, el consumo de cerveza se asoció con un menor número de episodios de arritmias durante la isquemia y un incremento de miocardio salvado (p < 0,05) que no alcanzó significación en el caso de HC+C-SIN (p = 0,07). Todos los animales alimentados con cerveza mostraron en la región isquémica un incremento significativo de la activación de Akt/eNOS así como de sirtuina-1 y la consiguiente disminución de apoptosis (p < 0,05). El consumo de cerveza se asoció con una menor susceptibilidad de las LDLs a la oxidación así como un mayor potencial antioxidante de las HDLs. La expresión de TGF-beta (citoquina profibrótica) fue mayor en el tejido cicatricial de los animales alimentados con cerveza y se asoció con una mejor capacidad de fibrosis reparativa y una menor infiltración lipídica (p < 0,005 vs control). Mientras que los parámetros sistólicos y diastólicos empeoraron de manera similar en todos los animales post-IAM, los animales alimentados con cerveza mostraron una mejora en la función contráctil y global del corazón tras 21 días (p < 0,05 vs post-IAM vs control).
Conclusiones: El consumo de cerveza mejora la adaptación miocárdica a la isquemia, disminuye el estrés oxidativo y la muerte celular por apoptosis, delimita la infiltración cardíaca de lípidos y favorece el proceso de reparación de la cicatriz lo que conlleva a una reducción del tamaño de infarto y una mejora en el rendimiento cardíaco.