Introducción
Dr. Héctor Bueno
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
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Índice de autores
Introducción y objetivos: La cardiopatía isquémica (CI) y la fibrilación auricular (FA), son las dos entidades cardiovasculares más frecuentes en nuestro día a día. Su asociación aumenta y su tratamiento conjunto es objeto de optimización por los riesgos hemorrágicos y trombóticos que conllevan.
Métodos: Se realiza un estudio descriptivo de los pacientes ingresados en nuestro hospital por cardiopatía isquémica, con diagnóstico de fibrilación auricular previo o durante el ingreso, durante 2018/19. Se analiza la relación entre el motivo de ingreso, tipo de lesiones angiográficas y características del ICP, así como la aparición de eventos isquémicos y hemorrágicos durante seguimiento.
Resultados: 69 pacientes fueron analizados (tabla). El motivo principal de ingreso fue síndrome coronario agudo (SCA) sin elevación de ST (53,6%), seguido de angina estable de forma programada (30,4%). Un 42% se trató de una angioplastia de alto riesgo (TCI, lesiones proximales, multivasos con ADA incluida o disfunción sistólica). La mayoría de las lesiones fueron de novo (84,3%), con una tasa de trombosis del 10% y escaso porcentaje de reestenosis (4,3%) y oclusiones crónicas (1,4%). Los stents más usados fueros liberadores de drogas (DES) (92,8%), siendo sirolimus la más empleada (47,6%), en sus distintas variantes. En 60,3% de los casos fue necesario un solo stent. La longitud media empleada fue 29 ± 19 mm, con un diámetro medio de 2,7 ± 0,5 mm; solo en el 24,6% se solaparon stents. En un 5,4% se optó por manejo conservador/médico y en un 10% revascularización quirúrgica. La TT más usada fue AAS + clopidogrel + apixabán (31%), a dosis acorde a las guías en tiempo y dosis en un 78,3%. La incidencia de MACE fue 10 pacientes (14,5%): 2ACV, 3SCA y 5 muertes cardiovasculares, en un seguimiento de 368 ± 230 días. Registramos 10 sangrados, menores según la escala ISTH, y solo uno mayor. No encontramos diferencias en la tasa de eventos isquémicos o hemorrágicos según tipo de stent, tipo de droga o dosis/duración de TT.
Características de la cohorte |
|
Género (varón) |
72,5% |
Edad (años) |
73,9 ± 7,4 |
HTA |
75,4% |
DM2 |
36,2% |
HbA1c* |
7,5 ± 2,6% |
Dislipemia |
52,2% |
Tabaco |
|
No |
44,9% |
Exfumador |
36,2% |
Activo |
18,8% |
CHA2DS2-VASc |
3,77 ± 1,51 |
HASBLED |
2,53 ± 1,17 |
GRACE** |
138,2 ± 31,5 |
CRUSADE** |
39,3 ± 17,2 |
FEVI |
|
Conservada |
63,8% |
Levemente deprimida |
18,8% |
Moderadamente deprimida |
10,1% |
Gravemente deprimida |
7,2% |
*HBA1c control en pacientes con diagnóstico de DM2 **Escalas calculadas en ingresos por SCA, |
Vasos diana y tipos de stent empleados.
Conclusiones: Al realizar ICP en un paciente que requiere TT, es necesario optimizar: qué tipo de stent utilizar y técnica de tratamiento intravascular, riesgo trombótico y hemorrágico, para seleccionar la mejor TT en tiempo y dosis. Su uso en nuestra serie es seguro, incluso siendo pacientes con alto riesgo de sangrado. Serían necesarios estudios con mayor potencia para objetivar si alguna estrategia/dispositivo son superiores al resto en este ámbito.