Introducción
Dra. Lina Badimón Maestro
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: La edad avanzada supone en muchas ocasiones un obstáculo para el uso de la TRC en pacientes candidatos a pesar de cumplir criterios para su uso. El objetivo de este estudio fue describir la evolución de pacientes ancianos (≥ 75 años) tras el implante de un RSC y determinar cuáles de ellos presentaban una mejoría significativa de la FEVI (mejoría ≥ 15% en valores relativos de FEVI).
Métodos: Entre julio de 2006 y marzo de 2015 se incluyeron de manera prospectiva un total de 49 pacientes ancianos a los que se les implantó un RSC-DAI (edad media en el momento del implante de 79,2 ± 2,9 años). De ellos el 18,4% eran mujeres, un 85,7% hipertensos, un 45% diabéticos y un 59,2% dislipémicos. La causa de la miocardiopatía fue no isquémica en un 51% y un 63,3% de los pacientes había presentado al menos un ingreso por IC descompensada previo al implante.
Resultados: En el momento del implante la FEVI media era de 23,2 ± 6,7%, un 53,1% estaba en CF III de la NYHA (CF media 2,4 ± 0,6), el QRS medio era de 156 ± 25,8 ms (60,9% de los pacientes tenían un QRS > 150 ms) y un 67,3% mostraron un BRI típico en el ECG. Tras un seguimiento de 3 años (36,5 meses de media) el 69,4% (34 de 49 pacientes) permanecía vivo. La FEVI media mejoró hasta un valor medio de 30,7 ± 13,8% cumpliendo criterios de mejoría significativa de la FEVI un 55,6%. Cabe destacar los altos porcentajes de pacientes con tratamiento antirremodelado (bloqueadores beta en un 87,5% e IECA o ARA II en un 91,7%). Hubo una mayor tendencia a presentar mejoría significativa de la FEVI en enfermos hipertensos (p = 0,052) y aquellos que estaban bajo tratamiento con bloqueadores beta (p = 0,1), sin embargo no encontramos ningún predictor de respuesta a TRC en nuestra población de pacientes ancianos tras ajuste multivariable.
Conclusiones: En nuestra muestra de pacientes ancianos candidatos a TRC, el implante fue capaz de mejorar la FEVI de un modo significativo en hasta un 55,6% de los casos, lo cual supone tasas similares a las de la población global. La RSC es una terapia útil aunque seguimos necesitando predictores de respuesta que nos ayuden a seleccionar a aquellos con más probabilidad de mejoría dentro del grupo de pacientes ancianos.