La endocarditis infecciosa (EI) es cada vez más frecuente en ancianos por el aumento de la esperanza de vida y de maniobras invasivas. Existen datos contradictorios sobre el efecto de la edad como factor pronóstico desfavorable. Nuestro objetivo fue el análisis clínico y pronóstico de los enfermos mayores de 75 años con EI no usuarios a drogas por vía parenteral y atendidos en nuestra institución en los últimos 23 años. Nuestra serie se compone de 331 pacientes con EI de los cuales 301 (grupo I) tiene menos de 75 años y 30 (10 %) tienen 75 o más años (grupo II). No hubo diferencias respecto al sexo, episodios previos de EI, puerta de entrada de la infección, tipo de EI (sobre válvula nativa 69 % en el grupo I vs 70 % en el grupo II) o tasa de hemocultivos negativos (12 % vs 20 %). Hubo una mayor proporción de cardiopatía de base degenerativa (21 % en el grupo I y 50 % en el grupo II, p < 0,001) y de casos por enterococos en los pacientes ancianos (27 % vs 13 %, p < 0,05). La sensibilidad del ecocardiograma transtorácico y transesofágico fue similar en ambos grupos así como la tasa de complicaciones severas durante la fase activa (75 % vs 77 %). No hubo diferencias en cuanto a insuficiencia cardiaca, complicaciones neurológicas, abscesos o aneurismas micóticos. La tasa de cirugía durante la fase activa (57 % en el grupo I y 40 % el grupo II) y la mortalidad precoz (20 % en el grupo I vs 31 % en el grupo II) también fueron similares. La supervivencia al año y a los 5 años fue similar en ambos grupos (95 % y 81 % en los jóvenes y 71 % y 65 % en los ancianos, NS). En conclusión, los pacientes ancianos con EI presentan unas características clínicas y microbiológicas específicas. Aunque el tratamiento quirúrgico se realizó con menor frecuencia la mortalidad y el pronóstico a medio plazo fue similar al grupo de pacientes más jóvenes.