Introducción
Dra. Lina Badimón Maestro
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción: La longitud del stent ha sido considerada tradicionalmente un predictor de eventos adversos tras un intervencionismo coronario percutáneo (ICP). Esto ha motivado la tendencia a cubrir las lesiones severas con la menor longitud posible de stent (spot stenting). Sin embargo, el diseño de los nuevos stents puede haber reducido la importancia de su longitud en la predicción de eventos.
Objetivos: Valorar el impacto de la longitud del stent en los eventos cardiovasculares mayores tras un ICP.
Métodos: Incluimos 160 lesiones tratadas con ICP e implante de stent largo (> 30 mm) en 127 pacientes consecutivos (80,3% varones, 64 ± 11 años) desde enero 2012 a abril 2013. Tras un seguimiento mínimo de un año se evaluó la presencia del evento combinado [mortalidad, infarto no fatal (IAM), trombosis stent (TS), necesidad de nueva revascularización de la lesión tratada (RLT)] y los eventos independientes del mismo.
Resultados: El 51,6% presentaron cardiopatía isquémica estable, 24,6% SCASEST y 23,8% SCACEST. Un 25,6% eran diabéticos. El 35,4% fueron stents convencionales (SC) y 64,6% stents farmacoactivos (SF): everolimus 13,3%, zotarolimus 40,5%, sirolimus 3,8%, paclitaxel 5,7%, otros 1,3%. El vaso tratado con stent largo fue: tronco coronario izquierdo: 3,8%, descendente anterior: 37,3%, circunfleja: 15,9%, coronaria derecha: 41,7%. El 7,6% de las lesiones eran bifurcaciones, el 10,1% oclusiones crónicas y el 19% oclusiones agudas. La longitud media del stent fue de 34,99 ± 3,4 mm y el diámetro medio 3,14 ± 0,47 mm. Se predilató el 62% de las lesiones y se posdilató el 34,8% de ellas. La presión máxima de inflado fue 17,1 ± 1,5 atm. El éxito angiográfico fue del 97,8%. La tasa de eventos adversos al año fue del 3,2%. Fallecieron 4 pacientes: todos ellos por shock cardiogénico durante el primer día de ingreso. No se encontró ningún IAM ni TS. La tasa de RLT fue del 1,3%. Esta tasa de eventos fue similar a la de una cohorte de similares características de stents < 30 mm.
Conclusiones: En la práctica clínica actual, los nuevos diseños de stents largos permiten no solo tratar lesiones cada vez más complejas, sino que a su vez se consigue disminuir el número de stents por procedimiento, lo que redunda en un sustancial ahorro económico. Con los nuevos diseños y materiales, la longitud del stent no es un predictor de eventos tan importante como en el pasado.