Introducción
Dr. Luis Rodríguez Padial
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: El número de procedimientos de extracción de electrodos de dispositivos se ha incrementado. El objetivo fue describir la incidencia de aparición de desgarros vasculares tras el procedimiento así como los factores predictores de ellos y su relación con el pronóstico.
Métodos: Se analizó la incidencia de desgarros vasculares diagnosticadas mediante ecocardiografía transesofágica (ETE) postoperatoria y los factores predictores de su aparición en los enfermos a los que se les realizó un procedimiento de extracción percutánea entre noviembre 2011 y octubre 2016. Se comparó la supervivencia mediante prueba de log rank entre aquellos con desgarro respecto a aquellos que no lo tuvieron.
Resultados: Se incluyeron 68 pacientes. 79,4% varones. La edad media fue de 62,83 ± 10,77 años. El 41,5% de los dispositivos era marcapasos y el 58,5% desfibrilador. El 16,9% de los dispositivos eran resincronizadores. Se extrajeron un total de 114 electrodos. El 60,5% de los electrodos eran de de fijación pasiva en comparación con 39,5% con fijación activa. Se empleó únicamente un estilete en el 23,7% de los cables, una guía de liberación en el 35,1%, una vaina de liberación mecánica por acceso superior en el 20,2% y fue necesaria el empleo de la ruta femoral en el 21,1% de los electrodos. Las causas que motivaron la extracción fueron la infecciosa en el 44,1% de los casos, la disfunción en el 48,5% y la realización de upgrade en el 74%. Se obtuvo un éxito clínico en el 94,1% de los enfermos, no siendo exitosa la extracción del 4,4% de los electrodos. Como complicaciones hubo un taponamiento cardiaco que requirió ir a cirugía en el 2,9% de los pacientes. Con la ETE se observó la presencia de desgarros vasculares en el 17,6% de los pacientes. No hubo ninguna variable estadísticamente significativa que predijera el desarrollo de desgarros (edad, tiempo de evolución de implante de cable, tipo de fijación, altura, peso, tipo de cardiopatía, tiempo de procedimiento, herramienta empleada en la extracción, tipo de dispositivo, indicación de extracción, etc.). No hubo diferencias en cuanto a mortalidad entre aquellos pacientes con desgarro y sin él (0 frente a 7,4%. Log rank p = 0,35).
Conclusiones: La presencia de desgarros vasculares tras extracción percutánea es del 17,6% de los casos. No existe ninguna variable predictora de su aparición. No se asoció a un incremento de mortalidad en estos pacientes.