Introducción: Analizamos si la enfermedad coronaria influye en el tratamiento de la estenosis aórtica grave mediante TAVI.
Métodos: Entre abril de 2008 y diciembre de 2011, se intervino a 153 pacientes: 103 (67%) sin enfermedad coronaria (grupo I) y 50 (33%) revascularizados percutáneamente (grupo II). El seguimiento fue 16 ± 12 meses para muerte, ictus y reingresos.
Resultados: La edad media fue 78 ± 5 años. El grupo II presentó mayor incidencia de angor (22% vs 6%, p < 0,05). No hubo diferencias basales (edad, Euroscore logístico, hipertensión, diabetes, fibrilación auricular, enfermedad pulmonar o renal) ni hemodinámicas (presión sistólica pulmonar y gradiente aórtico pico, área valvular o fracción de eyección) entre los grupos. 33 pacientes (66%) tenían enfermedad monovaso y 17 (34%) multivaso, revascularizada a 2 ± 1 meses preimplante. 22 pacientes (44%) recibieron stents farmacoactivos y 28 (56%) convencionales. La técnica TAVI fue similar y eficaz en 92 pacientes (89%) del grupo I y en 45 (90%) del II (p: ns), hubo 9 muertes (8,7%) intrahospitalarias en el grupo I y 2 (4%) en el II (p: ns). Durante el seguimiento, hubo 7 muertes (7%) en el grupo I vs 6 (12,5%) en el II (p: ns), 2 ictus (2%) en el grupo I vs 3 (6%) en el II (p: ns) y 9 reingresos (9%) en el grupo I vs 2(4%) en el II (p: ns). La supervivencia a los 2 años fue del 64% en el grupo I vs 61% en el II (p: ns).
Conclusiones: La enfermedad coronaria tratada percutáneamente no influye en el tratamiento de la estenosis aórtica grave mediante TAVI.