Introducción
Dr. Arturo Evangelista Masip
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: La endocarditis infecciosa (EI) es una afección valvular muy grave que afecta a las prótesis valvulares ya tras poco tiempo tras el implante. El objetivo era determinar la incidencia, las características clínicas, la evolución y los resultados de la EI tras el implante transcatéter de válvula aórtica (TAVI).
Métodos: Se trata de un análisis observacional retrospectivo basado en un registro de 518 casos consecutivos durante los últimos 10 años. El diagnóstico de EI se ha hecho siguiendo los criterios modificados de Duke, correspondiéndose con el 2,1% de los procedimientos (N = 10).
Resultados: Durante el seguimiento, de 33,22 meses, se documentaron 10 episodios de EI (incidencia 2,1%), de las cuales el 70% se diagnosticaron durante el primer año. La edad media de los pacientes fue 80,6 ± 7,5, el 70% eran mujeres. Los promedios de las escalas de riesgo quirúrgico eran 9,7 ± 7,7% y 6,0 ± 2,8% para EuroSCORE II y escala STS respectivamente. Los pacientes que desarrollaron EI, presentaban mayor riesgo quirúrgico establecido por EuroSCORE II (9,67 frente a 6,03%, p = 0,019). Los agentes causales más frecuentemente aislados eran los Staphylococcus coagulasa negativos y los Staphylococcus aureus (en un 30% cada unos), seguidos por enterococo (aislado en un 20%). En solamente un caso, se trataba de un agente atípico para EI. Los síntomas más comúnmente hallados fueron la fiebre (55,6%) y la disnea (44,4%). En el 50% se objetivaron vegetaciones en el estudio ecocardiográfico, implantándose en 2 casos en la válvula mitral, sin poder descartar la afección también de la bioprótesis. Todos recibieron tratamiento médico con antibioterapia y, en uno de ellos que presentaba vegetaciones ancladas en el cable auricular del marcapasos implantado tras la TAVI, se realizó extracción en quirófano. La mortalidad fue elevada ya durante el primer mes tras el diagnóstico (80%). El desarrollo de insuficiencia cardiaca en nuestra serie (en el 70%) se asoció con aumento de la mortalidad estadísticamente significativa (p = 0,016), y podría ser una adecuado predictor con un área bajo la curva AUC = 0,9375).
Conclusiones: En un registro actual de práctica clínica habitual, la incidencia de EI tras el implante de TAVI es baja, pero el pronóstico de los pacientes es muy grave, y el desarrollo de insuficiencia cardiaca determina un aumento de la mortalidad.