Introducción
Dra. Lina Badimón Maestro
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Objetivos: La endocarditis de inicio agudo (EIa) constituye una urgencia que requiere rapidez y precisión en la toma de decisiones. El momento de remitir al paciente a cirugía no está bien establecido. Nuestro objetivo es analizar las características de los pacientes con EIa, su evolución y pronóstico con vistas a determinar el mejor tratamiento.
Métodos: Analizamos 912 episodios de endocarditis izquierda, recogidos de forma prospectiva y consecutiva desde 1996 hasta 2013 en 3 hospitales de referencia. Se clasificaron en 2 grupos según su forma de presentación: Grupo I (n = 418), episodios de EIa; Grupo II (n = 494), episodios con presentación no aguda. Se definió el inicio agudo como tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el ingreso inferior a 15 días, o hasta el diagnóstico en aquellos pacientes previamente ingresados.
Resultados: La edad y el sexo fueron similares en ambos grupos. El origen nosocomial (p < 0,001) y la afectación protésica (p = 0,007) fue más frecuente en el Grupo I. No hubo diferencia significativa en las comorbilidades entre los grupos. Al ingreso, los pacientes con EIa presentaron más insuficiencia renal (23% vs 14,2%, p = 0,001), embolias al SNC (p = 0,017) y shock séptico (10,8% vs 2%, p < 0,001), mientras que los del Grupo II mostraron más insuficiencia cardiaca (36,1% vs 44,5%, p = 0,002). S. aureus predominó en los episodios del Grupo I (26,6% vs 6,9%, p < 0,001), mientras que S. bovis (p = 0,003), S. viridans (p < 0,001) y enterococcus sp (p = 0,001), fueron más frecuentes en el Grupo II. La presencia de vegetaciones y complicaciones perianulares fue similar entre los grupos, mientras que hubo mayor incidencia de insuficiencia valvular en el Grupo II (p < 0,001). Durante el ingreso, los pacientes con EIa evolucionaron a shock séptico con mayor frecuencia (12,2% vs 6,7%, p = 0,004). La proporción de pacientes operados fue mayor en el Grupo II (50,5% vs 63,4%, p < 0,001) sin diferencias en la demora hasta la cirugía. La mortalidad fue muy superior en el grupo con EIa (38,1% vs 26,8%, p < 0,001). Analizamos el impacto del tratamiento quirúrgico en nuestra población (tabla).
Impacto de la cirugía en los pacientes con EI según su forma de presentación |
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Grupos |
Tratamiento |
Mortalidad% (n) |
p |
Inicio agudo (Grupo I) |
Cirugía |
56,3% (18) |
0,006 |
No cirugía |
94,3% (50) |
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No inicio agudo (Grupo II) |
Cirugía |
24,5% (72) |
0,147 |
No cirugía |
30,6% (53) |
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Cohorte de pacientes con Shock séptico |
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Inicio agudo (Grupo I) |
Cirugía |
56,3% (18) |
< 0,001 |
No cirugía |
94,3% (50) |
Conclusiones: Los pacientes con EIa presentan un peor pronóstico. La cirugía reduce la mortalidad en este grupo de pacientes incluso en los que desarrollan shock séptico. El tratamiento quirúrgico precoz podría evitar el desarrollo de complicaciones que transformen el riesgo quirúrgico en inasumible.