Antecedentes: Las vías accesorias (VA) continúan siendo un sustrato frecuente de ablación. Clásicamente se acepta un tiempo de espera de 30 minutos tras una aplicación de radiofrecuencia eficaz (ARF-E). Sin embargo, este tiempo se ha fijado empíricamente y la sobrecarga creciente de procedimientos complejos cuestiona su rentabilidad.
Métodos: Se incluyeron 504 pacientes consecutivos sometidos a ARF de 520 VA (334 izquierdas y 186 derechas). Tras cada ARF-E se monitorizó el ECG y los registros intracavitarios y se estimuló durante 30 minutos para determinar si se producía recuperación de la conducción por la VA (REC-VA) y el tiempo en que ocurría ésta. Se realizó además un seguimiento clínico de 6 meses. Se estimó la probabilidad de REC-VA en el seguimiento si se hubiera dado por finalizado el procedimiento inmediatamente tras la ARF-E (R0), tras 5 (R5), 10 (R10), 20 (R20) y 30 (R30) minutos de ésta.
Resultados: Se logró la ablación en el 92 % de las VA. Se observó REC-VA en 474 de 963 ARF exitosas, 34 de ellas en el seguimiento (6,5 %). El tiempo medio a la REC-VA fue 124 ± 258 s. Las probabilidades de REC-VA según el momento teórico de finalización del procedimiento fueron: R0: 49,2 %, R5: 13,9 %, R10: 10,8 %, R20: 8,9 %, R30: 7 %. Reducir el tiempo de espera de 30 a 10 minutos conllevaba un incremento absoluto del 3,8 % de REC-VA en el seguimiento. Este porcentaje de recurrencia variaba significativamente según la localización de la VA: 17,6 % en derechas vs 6,9 % en izquierdas (p < 0,001), 18,4 % en septales vs 7,8 % de pared libre (p = 0,001) y 32,3 % en parahisianas/anteroseptales vs 6,7 % en VA de pared libre izquierda (p = 0,001).
Conclusiones: Parece razonable no prolongar el tiempo de espera más de 10 minutos tras una ARF-E, a excepción de VA con localización anteroseptal/parahisiana.