Objetivos: Estudiar el valor del ecocardiograma transtorácico (ETT) en el ACV isquémico sin antecedentes de cardiopatía embolígena o FA.
Métodos: Se analizaron 100 pacientes consecutivos con ACV isquémico confirmado por TAC o RNM. Se definieron cardiopatías embolígenas de alto riesgo (CEAR: miocardiopatías dilatada (MCD), no compactada e infiltrativa, estenosis mitral, acinesia ≥ 1 segmento del ventrículo izquierdo, masas, trombos o vegetaciones) y bajo riesgo (CEBR: foramen oval permeable (FOP), aneurisma del tabique interauricular (ATIA), prolapso mitral, calcificación muy severa del anillo mitral) Por etiología se dividieron los ACV en lacunar, aterotrombótico, cardioembólico, otras causas (vasculitis/síndrome de hipercoagulabilidad) posible cardioembólico (presencia de CEBR sin ateromatosis en troncos supraaórticos (TSA) u otras causas), indefinido (coexistencia de CEAR y ateromatosis de TSA) y criptogenético (estudio incompleto o causa desconocida).
Resultados: La edad media fue de 70 ± 12 años, 62 % eran varones, 26 % hipertensos, 18 % diabéticos, 47 % hipercolesterolémicos, 50 % fumadores/exfumadores Presentaban aterosclerosis clínica conocida un 27 %. Según etiologías encontramos: 12 lacunares, 76 aterotrombóticos, 3 indefinidos, 4 posibles cardioembólico, 4 criptogéticos y 1 por otro causa. En los 3 indefinidos las CEAR fueron una MCD y dos pacientes con acinesia de más de un segmento. En todos, la exploración cardiopulmonar, ECG o Rx tórax era anormal y en ninguno el resultado del ETT cambió la actitud terapéutica. Sólo uno de los 4 posibles cardioembólicos (una calcificación muy severa del anillo mitral, dos FOP y un ATIA) el ETT determinó cambios en el tratamiento.
Conclusiones: El ETT en pacientes con ACV isquémicos sin antecedentes de cardiopatía embolígena o FA tiene un valor muy limitado: en la mayoría de los casos no muestra hallazgos que determinen cambios en la actitud terapéutica.